En el altar de Nuestra Señora de Guadalupe, existe una valiosa Imagen de la Reina de México, y Emperatriz de América, expuesta a la veneración de los fieles y notable por su valor artístico, ya que es obra del insigne maestro pintor Francisco Vallejo, quien la realizó en la ciudad de México, en el año 1782, conforme a la inscripción claramente legible al pie del sagrado simulacro: “FRANCUS ANTTUS VALLEJO PINX. MEXICI, A. 1782”. Es particularmente admirable la circunstancia de que esta copia tiene el mismo número de rayos y estrellas, por cada lado, que se encuentran en el original, así como las mismas medidas y tamaño (mide 1.75 por 1.03 metros). Es bien sabido que Francisco Vallejo, con Morlete Ruiz y Alcíbar, cierra el ciclo de los grandes pintores del siglo XVIII y de la época colonial, en la que brillaron Echave el Viejo y Echave el Joven; Cristóbal Villalpando y Juan Corre; Juan Rodríguez, José Ibarra y, sobre todos, el ilustre oaxaqueño, Miguel Cabrera, que se especializó en pintar Guadalupanas.
La Imagen la entronizo el Ilmo. fray Rafael José Verger y Suau en su palacio episcopal, cercano a la Catedral. La reubicó ahí el Ilmo. Sr. Dr. José Ignacio Montes de Oca Y Obregón, el 8 de septiembre de 1884, en que hizo la consagración del Santuario, todavía no concluido. El actual altar fue consagrado, el 21 de mayo de 1964, por el Excmo. Sr. Ernesto Corripio y Ahumada, Obispo de Tampíco quien celebró en él la primera Misa.
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